Siguiendo la moda de colgar vídeos de bromas pesadas o de la comisión de algún delito en Internet, dos adolescentes de EE.UU. publicaron el vídeo de la agresión que hicieron a una dependienta de un restaurante de comida rápida. Pero la jugada les salió mal, pues la víctima encontró el vídeo en YouTube, localizó a los menores y denunció los hechos en un juzgado. La sentencia fue clara: un mismo vídeo en YouTube pidiendo disculpas a la dependienta y 100 horas de servicio a la comunidad. Los hechos se registraron el 25 de julio del año pasado cerca de la ciudad de Orlando, Florida. Jessica Ceponis se encontraba despachando en el servicio para coches del restaurante de comida rápida Taco Bell cuando dos menores de 16 y 15 años se acercaron en el vehículo de uno de ellos. Tras servirles un refresco, el conductor (de 16 años) se lo arrojó a la dependienta, mientras el otro adolescente grababa los hechos con un móvil. Una vez cometida la agresión, los jóvenes huyeron a toda velocidad sin que su víctima pudiese identificarlos. Tiempo después se enteró de que en YouTube había un vídeo en el que se veía este incidente. Ceponis les fue siguiendo la pista hasta que encontró sus cuentas en la red social de MySpace y les agregó como amigos.
Después de confirmar la identidad de sus agresores, llevó las pruebas y sus nombres a un juzgado. Tras ser analizado el caso, la Corte Juvenil del estado de Florida los declaró culpables de intento de lesiones y 'travesura' criminal. La sentencia les obligó a utilizar sus mismos métodos: publicar otro vídeo en YouTube, pero esta vez declarándose culpables de los hechos y pidiendo disculpas a su víctima.
Además de esta condena ejemplar, el juez también pidió 100 horas de servicio comunitario y 30 dólares para sufragar los costes del servicio de limpieza del restaurante. La ficha policial de los dos adolescentes será eliminada una vez reparen todos los daños.