En el primer semestre de 2012, el 80% de todos los ordenadores
comprometidos sufrieron ataques mientras los usuarios navegaban por
Internet. Las primeras dos posiciones de la clasificación
pertenecen a Italia y España, que son parte del grupo de alto riesgo por
infecciones en la red (los países en los que el porcentaje de ataques a ordenadores supera el 40%).
Para infectar los ordenadores mientras los usuarios navegan por
Internet, los ciberdelincuentes recurren a una gran variedad de trucos,
entre ellos infectar sitios legítimos, la suplantación (spoofing) en
los motores de búsqueda y la propagación de spam malicioso en sitios de
redes sociales.
Infraestructura de los ciberdelincuentes
En el primer semestre de 2012, el 69% de todos los contenidos maliciosos se alojaron en Europa Occidental, EE.UU. y Canadá.
En otras palabras, más de la mitad de los programas maliciosos que
circulan en Internet se propagan desde servidores localizados en estas
regiones.
Además de los servidores físicos, los ciberdelincuentes necesitan nombres de dominio para propagar sus programas maliciosos. Estas
zonas representan el 44,5% de los ataques neutralizados que se lanzaron
desde sitios maliciosos contra los usuarios de Norteamérica y Europa
occidental, con España en la cuarta posición. Sin embargo,
también existen muchas zonas de dominio nacionales desde los cuales los
ciberdelincuentes propagan activamente sus programas maliciosos.
En el caso de los países analizados en Europa Occidental, normalmente
los usuarios poseen ordenadores con una muy buena protección, lo que
mantiene a raya a los ciberdelincuentes en sus intentos de ataque.
Este nivel de seguridad informática en los países occidentales
obliga a los ciberdelincuentes a desarrollar nuevas tecnologías, creando
programas maliciosos con una alta complejidad. Los usuarios de
Norteamérica y Europa Occidental se han convertido en conejillos de
indias con los que los ciberdelincuentes experimentan sus últimas
creaciones: tecnologías diseñadas para infectar ordenadores ocultando un
código malicioso en el sistema, y varios mecanismos para ganar dinero.
El principal objetivo de los ciberdelincuentes en esta región
es el dinero y los troyanos son su herramienta favorita para robarlo. El
uso extendido de la banca online hace que estos usuarios sean un
blanco apetecible para los ciberdelincuentes, además de capturar las
cuentas de PayPal y eBay: el 34% y el 9% respectivamente de todos los
ataques se dirigieron a estos servicios de pago online.
En ambos casos las cuentas estaban vinculadas a tarjetas bancarias,
lo que permitía robar los fondos de los usuarios. Además de la
información de las cuentas, los phishers tratan de extraer también
información personal, como los números de seguridad social, fechas de
nacimiento y los códigos de seguridad cvv de las tarjetas de crédito.
Información personal
Otro objetivo importante es el robo de información personal. En los
foros de hackers se venden bases de datos de diferentes tiendas y
servicios. Con tanta información disponible, los precios son
bajos, apenas unos céntimos (en caso de compras al por mayor) por la
información de una sola persona. Sin embargo, la información
sobre miles de usuarios diferentes de varios servicios suele terminar en
las manos de hackers como resultado de vulnerabilidades o errores en la
configuración de servidores y bases de datos.
Los ciberdelincuentes han comenzado a usar de forma activa programas
troyanos chantajistas (Troyan-Ransom) que hasta ahora eran prácticamente
desconocidos fuera de la ex Unión Soviética. Su principio operativo es
sencillo: tras infectar un ordenador, se bloquea todo acceso al mismo
mediante la modificación de la configuración del sistema o abriendo su
propia ventana por encima de otras ventanas, y efectuando un chantaje.
Uno de los ataques que obtuvo más éxito fue en el que los hackers
bloqueaban el ordenador y, supuestamente en nombre de la policía,
solicitaban al usuario que pagara una multa por visitar sitios con
contenidos de pornografía infantil o escenas de violencia contra niños.
Actualmente se conocen varias versiones de troyanos que usan los
nombres y símbolos de la policía de diversos países: Alemania, Francia,
Reino Unido, Suiza, Holanda, Finlandia y España.