Desde Apple nos recuerdan que el Wifi y los datos son efímeros pero que podemos jugar con esta selección que nos cuentan así:
Un rescate complicado. En Bring you Home (3,49 euros) desarrollado por la casa barcelonesa Alike Estudio tenemos que conseguir que Polo rescate a su perro, secuestrado por dos alienígenas. ¿El problema? Que tiene que atravesar pantallas donde hay que rotar paneles en horizontal y vertical para que el protagonista llegue sano y salvo al portal teletransportador. Hay puzzles que admiten hasta 700 combinaciones pero solo una es la correcta. Si las cosas salen mal, siempre se puede rebobinar para volver a intentarlo, aunque el jugador esté offline.
Hágase la luz. Escenarios arquitectónicos de belleza delicada, una música envolvente y puzzles para pasarse entretenido todo el verano. Esta es la propuesta de Starman (4,49 euros), obra de los hermanos españoles Sergio y Jacobo Abril, que han diseñado una aventura en la que hay que recuperar la luz para traer la vida de vuelta. La respuesta háptica hace que sea un juego inmersivo, en el que hay que sacudirse el sopor del estío para avanzar, empleando la lógica.
Un donut y un mapache: la extraña pareja. Un argumento surrealista y un jugabilidad que engancha están detrás de Donut County (5,49 euros), una creación del desarrollador Ben Esposito. El jugador se convierte, literalmente, en un agujero que se desplaza engullendo todo lo que encuentra a su paso. BK, el mapache protagonista, es el creador de estos hoyos que se desplazan por una versión imaginaria de la ciudad de Los Angeles. A partir de aquí, cualquier cosa puede suceder en este juego, que avanza a golpe de ingeniosos giros de guión que, además, no necesitan conexión alguna.
La mansión de los enigmas. Cañerías que gotean, habitaciones que esconden secretos, máquinas curiosas sin ninguna utilidad conocida… Lo que ocurre en la casa de muñecas de The Room: Old Sins (5,49 euros) pone a prueba la inteligencia -y el valor- del jugador, obligado a resolver puzzles en 3D en una mansión inquietante. Un sistema de pistas nos va guiando a través de una aventura que puede disfrutarse aunque no haya red Wifi alguna en las cercanías.
Persecución sin GPS. Pisar el acelerador sin mirar atrás para huir de la policía. Ese es el objetivo de PAKO 2 (2,29 euros), un arcade en el que el jugador se mete en la piel de un conductor profesional con el objetivo de poner a un grupo de atracadores lejos de las fuerzas de la ley. Lleno de acción, en este juego la escapada no termina nunca y no es necesario el 4G: el propio instinto de supervivencia funciona como un GPS.
¡A levantar el país! Luchar contra la corrupción, hacer frente a grupos de insurgentes y dotar de electricidad y agua al pueblo suena agotador para una tarde de verano, pero Rebel Inc. (2,29 euros) lo convierte en algo muy divertido. Este juego de estrategia se basa en recomponer un país diezmado por la guerra, la mala gestión económica y las rebeliones. Los nuevos mapas se desbloquean a medida que el jugador avanza sin necesidad de que estemos online.
El reino más ZEN. Aquí no hay plagas ni amenazas dispuestas a perturbar el descanso vacacional. Lo que propone Pocket Build (1,09 euros) es construir un reino por el puro placer de edificar y de ver cómo la vida surge ante nuestros ojos. El toque de fantasía lo ponen los palacios y los castillos o los elfos, orcos y demás criaturas mágicas que aparecen en la pantalla de nuestro iPhone o iPad felizmente desconectado.
Cavar, cavar… Como si de un enanito de Blancanieves se tratara, el papel del jugador en Holedown (4,49 euros) es el de cavar hacia abajo disparando bolas a las piezas para hacerlas desaparecer. Cada pieza necesita un número de toques para evaporarse, con lo que hay que pensar cada lanzamiento, porque hay que tener en cuenta cómo rebotará la bola. Los distintos niveles se suceden sin que haga falta 4G o Wifi para descargarlos: siempre se puede caer más bajo.
Tendiendo puentes. No, no hablamos del puente del 15 de agosto, sino de los que tiene que crear el jugador en Poly Bridge (5,49 euros). Este simulador de construcción nos obliga a pensar como ingenieros para elaborar puentes con unos materiales y un presupuesto determinados. Y todo ello teniendo en cuenta las leyes de la física. Poly Bridge es el desafío perfecto para salir del modo encefalograma plano en vacaciones y todo ello, sin necesidad de abandonar la tumbona para pegarse al router.